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martes, 11 de abril de 2017
Palos y más palos
María Arraigada tiene 60 años, es jubilada de la escuela N°67 de La Matanza, y habla mientras se pasa limón por la cara para frenar el ardor del gas pimienta. Se lo tiró la policía de la Ciudad, directo a los ojos. “En mis años como docente estuve ayunando en la carpa blanca, en la marcha blanca, en caravanas a la provincia y jamás me pasó esto, es la primera vez en mi vida que me tiran con gas pimienta. Me lo tiraron a menos de 10 centímetros de los ojos y encima me golpean como cobardes. Vinimos a armar una escuela itinerante para defender la enseñanza pública, porque nos piden que no hagamos paro y entonces estamos modificando la manera de reclamar”, dijo a Cosecha Roja Arraigada, secretaria de Derechos Humanos de la CTA en la provincia de Buenos Aires.
Los caños de hierro en la plaza frente al Congreso de la Nación empezaron a llegar a las diez de la mañana. El objetivo: armar una escuela itinerante donde los maestros de la educación pública harían actividades abiertas para visibilizar sus demandas, comenzando con un festival planeado para hoy. La mayoría de los docentes congregados estaba con delantal y otros llevaban pecheras de los sindicatos. A las siete de la tarde una fila de policías de la Ciudad avanzó desde la paralela al Congreso, Hipólito Yrigoyen, y fue al choque. No usaron gas lacrimógeno: el método del gas pimienta es más focalizado y, además, permite que los policías no tengan que usar respiradores especiales.
Fueron veinte minutos de represión, golpes y gas, que se apaciguaron cuando la policía formó una fila frente a la estructura metálica. Mientras el grupo de docentes con los ojos más afectados se movilizaba hasta la guardia del hospital oftalmológico Santa Lucía –no circuló un número exacto de cuántos, pero se calculó que eran más de diez-, a otros cuatro los llevaron a dos comisarías de la Ciudad, donde los tuvieron hasta las once y media de la noche. Fueron acusados de “hurto, lesiones y atentado y resistencia a la autoridad” e intervino el Juzgado Criminal y Correccional 57.
“Estaba tratando de mediar para que la policía no avanzara cuando me tiraron gas en los ojos y me llevaron a la rastra para sacarme”, contó la legisladora porteña Lorena Pokoik (FpV). “Tengo golpes en los brazos y las piernas. Vamos a denunciar en la justicia al responsable de este operativo totalmente violento contra docentes, además por supuesto de los responsables políticos. Acá no hubo corte de calle, ni bloqueo, por lo que no se sabe cuál es la normativa que apelan para ordenar esta forma de atacar a quienes se manifiestan”.
Al rato de viralizarse las primeras imágenes de la represión, un grupo de diputados, senadores,el defensor del pueblo de la Ciudad Alejandro Amor y vecinos comenzaron a congregarse bajo la lluvia. También siguieron llegando policías (algunos con el logo de PFA), que se formaron alrededor de la estructura metálica de la escuela itinerante. “No vamos a permitir que el gobierno de Macri instale ora vez en la Argentina la política de la represión, el gas y el palo, un juez va a tener que investigar quién ordenó esta represión. Se empieza a ver continuidades espantosas con otros tiempos en la manera de perseguir a los trabajadores, recortarle los presupuestos y pretender que no luchen por sus derechos”, dijo a Cosecha Roja el ex ministro de Economía y actual diputado de la Nación, Axel Kicillof.
El megáfono se rompió en el tironeo de la represión. A las nueve de la noche Roberto Baradel, titular de SUTEBA, comunicó a viva voz a los integrantes de las demás agrupaciones gremialistas (Ademys, UTE, CTA y CTERA, entre otras) la decisión conjunta de irse de la plaza para evitar más violencia concretar una reunión a las 10 de la mañana del lunes.
Mientras los docentes se retiraban, cada vez más vecinos llegaron a la zona. El blanco de los guardapolvos contrastaba con el negro de los uniformes policiales y algunas personas lloraban de la bronca. En 1997, en el mismo lugar, se montó durante tres años la carpa blanca de los docentes, en reclamo al vaciamiento de la educación pública del menemismo.
Ya con el PRO en la Ciudad, en 2013 hubo otra carpa blanca frente al Congreso (promovida por la UCR, el PRO, la Coalición Cívica, el peronismo disidente y el FAP), que pedía frenar la reforma judicial.
En ninguna de estas ocasiones se había reprimido el derecho a manifestarse en el espacio público.
Fuente: Matias Máximo (http://cosecharoja.org)
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