El alivió en la balanza de bienes es una consecuencia relativamente positiva y esperable tras una crisis cambiaria. La devaluación afecta al consumo y la inversión y entonces el consecuente desplome en las importaciones da vuelta el signo de los intercambios externos. Por eso marzo dio, por séptimo mes consecutivo, un superávit en los bienes, que en este caso fue de u$s1.183 millones.
Lo que no logró la devaluación fue, a la par, impulsar un incremento en las ventas al exterior. Por el contrario, incluso con el tipo de cambio favorable, también hubo caída por ese lado. La mala noticia es que el superávit comercial no está basado en exportaciones que ganan en dinámica por una mejora de la infraestructura o mejoras sostenibles en la competitividad, sino simplemente por el efecto recesivo.
Abeceb, la consultora que hasta hace un año era dirigida por el actual ministro de Producción, Dante Sica, afirmó: "La desaceleración de la economía propiciaron esta caída abrupta de los bienes importados, pero la depreciación de la moneda no generó el impacto esperado en las exportaciones que, a pesar de la subida del dólar, tuvieron una caída interanual del 5%".
El director de LCG, Guido Lorenzo, agregó: "El número de las exportaciones sorprendió. Deberían haber subido. Es problemático para cuando quieras volver a crecer porque, con el mercado de capitales cerrado, tampoco tenés las divisas de las exportaciones".
"En cuanto la actividad económica comience a recuperarse, reaparecerán los viejos problemas y el déficit comercial no tardará en volver a manifestarse", concluyeron desde Ecolatina.
El dato del informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA) de marzo, publicado ayer por el Indec, sirve también para una discusión que venía dándose en las últimas semanas. Según el viceministro de Hacienda, Miguel Braun, la actividad económica comenzó a crecer en diciembre y los datos desestacionalizados de enero y febrero parecían darle la razón. Si bien dentro del pozo, había recuperaciones contra los meses previos. Hasta acá marzo demostró que esa dinámica se interrumpió. Según la UTDT, en el tercer mes del año la actividad cayó 0,58% contra febrero y la variación desestacionalizada de las importaciones en marzo parecen confirmar ese escenario, con una contracción de 11,2% también contra febrero.
Las caídas se dieron por bajas en la inversión y en el consumo: las de bienes de capital se desplomaron 46,1%, las de consumo 32,6% y las de vehículos de pasajeros 58,2%.
Fuente: BAE Negocios
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