El dólar superó los 40 pesos por primera vez en el año y alcanzó un nuevo récord para los últimos cuatro meses. La cotización terminó ayer en 40,32 pesos, con una suba de 53 centavos en la jornada y de 2 pesos en los últimos once días. El clima de optimismo financiero que se registró en enero empieza a quedar atrás y la inestabilidad de la divisa vuelve a ser una preocupación para los ahorristas. Las acciones y los bonos registraron el impacto por el nerviosismo de los inversores externos con activos argentinos. El riesgo país volvió a tocar 700 unidades y la bolsa cayó cerca de 3 puntos, tendencia que fue a contramano de lo que ocurrió con los mercados emergentes. El Banco Central mostró preocupación y subió el rendimiento de las Leliq por tercer día consecutivo.
En el mercado explican el regreso de la tensión cambiaria por dos motivos. El primero es que el Banco Central pecó de optimismo bajando las tasas de interés en pesos en más de 15 puntos desde el principio de año. Los operadores aseguran que el rendimiento que ofrecen los plazos fijos no hace interesante mantener inversiones en moneda local. “La codicia no le gana al miedo”, repiten. Esto se debe a que la tasa de inflación esperada supera el 30 por ciento para 2019. Los plazos fijos en torno del 33 por ciento no brindan garantía de obtener ganancias reales en los próximos meses. Lo mismo ocurre con las ganancias en dólares. El tipo de cambio puede subir casi 30 por ciento sin que el Central intervenga en la cotización con venta de dólares. Estos días hubo una primera alerta. El avance de la divisa fue equivalente a la ganancia de casi dos meses de plazo fijo.
El otro factor que señalan los analistas para explicar el avance del tipo de cambio es electoral. Los años de elecciones agudizan el comportamiento del inversor argentino. La tendencia es buscar refugio en moneda extranjera hasta tener precisiones de cómo será el nuevo gobierno y qué programa económico se pondrá en marcha. Economistas cercanos al oficialismo aseguran que el plan monetario y fiscal sólo sirve para llegar a octubre, pero que no resulta sustentable en el mediano plazo. La incertidumbre sobre las medidas que se tomarán después de las elecciones acelera la dolarización.
El dólar mayorista reaccionó ayer con subas de 47 centavos y finalizó en 39,27 pesos. La cotización se ubicó 90 centavos por arriba del piso de la banda cambiaria y tiene margen para subir hasta 49,69 pesos sin que el Central realice intervenciones directas en el mercado cambiario. La autoridad monetaria tiene una única herramienta para intentar moderar las presiones con la divisa: la tasa de interés.
En la licitación de Leliq de ayer se ofreció un rendimiento de 44,5 por ciento, contra el 44,3 por ciento de la jornada previa. En el comité de política monetaria siguen de cerca la tensión con la divisa porque tienen claro que su función es mantener la estabilidad financiera y evitar nuevas corridas. Las autoridades del Banco Central lo plantearon en las últimas dos conferencias de prensa. La política del organismo no pretende colaborar con la recuperación de la economía ni se concentra en frenar en forma de shock la inflación. Todo el esquema de bandas cambiarias y emisión de la base monetaria cero se diseñó para tener bajo control el tipo de cambio. La posibilidad de que la divisa vuelva a dar un salto es traumática para el mercado interno porque implicaría mayor recesión y una nueva fuente de presiones para los precios.
La suba de los últimos días preocupa a los ahorristas de todos los tamaños y provoca nuevamente incertidumbre financiera. Las estimaciones de los especialistas internacionales son poco alentadoras. En una publicación reciente de Bloomberg se destacó que el peso argentino será una de las monedas con peor performance entre los países emergentes en los primeros meses de este año. El pesó sería la moneda con la mayor devaluación en el primer semestre 2019, al superar la lira turca, el bath tailandés y el peso mexicano, entre otros. De todas formas el tipo de cambio en la Argentina es una incógnita y existen elementos que podría detener la suba. El reingreso de capitales a los países emergentes, una nueva suba de la tasa de interés en pesos y el colchón de paridad real acumulado el año pasado son algunos factores para especular con un control relativo del tipo de cambio.
Fuente: Página 12
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