Ayer el Indec publicó caídas en diciembre de 14,7% interanual en la producción industrial y de 20,5% en la construcción. Se cerró así, de manera pésima, un mal año para dos sectores clave en materia de creación de empleo. La industria concluyó el 2018 con una caída acumulada de 5% y la construcción con una mejora de 0,8%, aunque preocupa su dinámica: hace cuatro meses que cae y cada vez acelera más su desplome. Además ambos sectores dan señales estadísticas claras de que todavía no tocaron piso.
Los datos de consumo eléctrico del último mes del 2018 habían permitido adelantar un muy flojo desempeño, que también se extendió a los comercios. La demanda eléctrica, según Cammesa, cayó 9,8% en las grandes industrias y comercios, y 8,5% en los pequeños, durante diciembre.
Así, a la par del "veranito" financiero y las renovaciones exitosas de activos en pesos, la actividad productiva vivió un "inviernito" que mostró todas las consecuencias de la fuerte crisis cambiaria y también del remedio con el que se la combatió. Primero apareció la fuerte caída del consumo, sumada a la suba de costos, ambas generadas por la fuerte devaluación de más del 100%. Después la alta tasa de interés liquidó toda posibilidad de repunte en el cierre del año pasado y ahora la pelea entre industriales y el BCRA es a qué ritmo bajará.
La economista de Econviews, Lorena Giorgio, explicó el desempeño de diciembre de la industria que, detrás del comercio, es el segundo principal creador de empleo: "Hubo una fuerte liquidación de inventarios, producto de las altas tasas de interés, el acceso limitado al crédito, el salto del tipo de cambio que encareció insumos y maquinarias, y la debilidad de la actividad económica en general. Hubo un cóctel explosivo para la industria en 2018".
Dos datos parecen demostrar que el piso todavía no se tocó. Por un lado las comparaciones desestacionalizadas mostraron sendas caídas de 3,3% para la construcción y de 1,7%. En ambos casos contra los niveles de noviembre, lo que indica que aun no se revirtió el deterioro. Pero además, por el otro, resultan poco prometedoras las propias perspectivas de los empresarios publicadas ayer por el Indec. Sólo el 6% de los industriales y de los empresarios de la construcción, el quinto mayor creador de empleo, espera contratar gente durante el primer trimestre.
Definitivamente el ajuste en el gasto público, con acento en el de capital, está detrás de las explicaciones sobre el nuevo parate de la construcción, que había sido el sector que había traccionado a la actividad, y a la industria, durante el 2017. Y por eso mismo la construcción es también una de las explicaciones del inédito desplome de la producción manufacturera.
Durante diciembre cayeron los 16 sectores relevados por el Indec a través del nuevo Índice de Producción Industrial (IPI, ver recuadro). En particular se contrajo por primera vez la siderurgia, que hasta noviembre mostraba datos positivos aunque desacelerando. De esa forma, las metálicas básicas cayeron 21,3% en diciembre. La explicación aparece por la propia construcción, por una automotriz con menos demanda interna, por una producción de electrodomésticos que no encuentra mercado e incluso por un agro que ya realizó toda la inversión que podía realizar en maquinaria agrícola.
La dinámica contractiva del consumo interno dejó señales en la generalidad de los indicadores industriales publicados ayer. Por citar uno con ciertos tintes dramáticos, que se suma al pésimo desempeño del consumo de leche, se destaca el consumo de carne vacuna que, según la Dirección de Estudios Económicos de la Secretaría de Agroindustria, cayó 10,9% interanual.
Fuente: Mariano Cuparo Ortiz (BAENegocios)
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