viernes, 28 de octubre de 2016

La Ciencia no es una empresa


El proyecto de presupuesto del año que viene para Ciencia y Tecnología, presentado por el Gobierno, propone un recorte del 32,5 por ciento en términos absolutos.

A las 16 ya estaba cortada la avenida Entre Ríos, frente al Congreso, y 45 minutos después ya estaba colmada. En el escenario, los organizadores leyeron los saludos de solidaridad de distintos sectores y culminaron con una declaración consensuada por los convocantes, en la que reclamaron, entre otros puntos, “un aumento sustancial del presupuesto de ciencia, tecnología y universidad que garantice con normalidad la actividad de investigación, educación y extensión”, así como una “inmediata recomposición salarial para todos y todas los trabajadores/as investigadores, docentes y de apoyo, que permita que recuperemos el poder adquisitivo perdido por la inflación, la devaluación y los tarifazos”.

“Yo estudio cómo el virus de Hepatitis B causa enfermedades”; “yo estudio la contaminación viral en nuestros alimentos”, mostraban algunos carteles que llevaban los investigadores, para concluir: “No se jode con la ciencia”.

“Este ajuste lo que hace es dejar trunca la posibilidad de formación de los jóvenes y las líneas de investigación que se vienen desarrollando sobre los problemas que tenemos en el país”, dijo a Página/12 Nuria Giniger, investigadora del CEIL-Conicet y referente de Científicos y universitarios autoconvocados, que agregó: “Hay discusión acerca de si el financiamiento debe venir del Estado o si puede venir de agencias internacionales o privadas. Si el financiamiento científico lo asumen las agencias internacionales, las agendas de investigación son de las corporaciones y las grandes empresas, y no las del pueblo”.

Este año los fondos para ciencia y tecnología representaron el 0,75 por ciento del presupuesto nacional, mientras que para el año que viene el Gobierno pretende bajarlo al 0,59 por ciento, el menor porcentaje desde la creación del Ministerio de Ciencia.

Entre las banderas de diversos colores y tamaños se destacaban dos mujeres que, con ambo y guantes –escritos con fibrón negro: “no al ajuste”–, lavaban platos, en alusión al futuro que tendrían los científicos si prospera el recorte.

“Entendemos que apoyarlos también es defender nuestra propia educación de hoy y nuestro futuro como científicos”, dijo Julián Asiner, copresidente de la FUBA. “También reclamamos –enfatizó– por el boleto educativo gratuito para los universitarios, el Gobierno elige subsidiar a las empresas privatizadas de transporte y no a los estudiantes.”

“Este es un gobierno –remarcó Daniel Ricci, del gremio docente Fedun– que solo ha favorecido a los ricos y está en contra de los trabajadores, de los científicos y los universitarios, como se puede ver acá.”

Informe: Gastón Godoy (Página 12)

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